Hay lugares en el mundo en los que el frío se convierte en el día a día y eso significa que el medio ambiente se comporta de acuerdo a esa circunstancia por lo que el hielo está más presente de lo que creemos. Esta vez no hablamos de glaciares, icebergs y hielo que se derrite debido a nuestro poco respeto por la naturaleza, hoy hablamos de otro fenómeno: el permafrost.

El permafrost, también conocido como permahielo o gelisuelo es un fenómeno por el que una capa superficial del propio suelo se mantiene permanentemente congelada, no cubierta de hielo o nieve. Se puede encontrar en regiones con latitudes extremas, cercanas a los polos tales como áreas circumpolares de Canadá, Siberia, Tíbet, Alaska o Noruega. Mantener el permafrost es vital para el medio ambiente ya que al descongelarse produce dióxido de carbono y metano, dos gases causantes del efecto invernadero.
El permafrost ocupa entre el 20% y el 24% de la superficie de la Tierra y acumula alrededor de 1.85 billones de toneladas métricas de carbono orgánico. Es clave a la hora de controlar el proceso de calentamiento global y se ve directamente afectado por cada grado que se eleva.
El deshielo del permafrost traería consigo una multitud de problemas, no solo medio ambientales, también afectaría directamente a nuestra vida y a la economía, se cree que su desaparición puede tener un efecto de unos 70 billones de dólares.