El Okavango, el río que desemboca en el desierto

El Okavango, el río que desemboca en el desierto

Cuando pensamos en el recorrido de un río, casi siempre nos imaginamos lo mismo, un nacimiento y un recorrido más largo o más corto que termina con su llegada a una masa de agua más grande, bien sea el mar, un lago o incluso otro río. Sin embargo, el Okavango, después de recorrer más de 1.000 km por tierras africanas termina muriendo en el desierto del Kalahari, convirtiendo su desembocadura en un lugar mágico y único en su naturaleza.

El Delta del Okavango tiene la particularidad de ser la desembocadura de un río en un lugar mucho más seco que su nacimiento, concretamente en el desierto del Kalahari. Se encuentra en el norte de Botsuana y cubre una superficie de superficie de entre 15.000 km² y 22.000 km² durante las crecidas. Hasta llegar allí, el Río Okavango cuenta con un recorrido de 1.430 km, nace en Angola y transcurre a través de Namibia antes de llegar a Botsuana.

Al llegar al desierto del Kalahari, el río se abre en forma de abanico y genera un ecosistema único y un espacio perfecto para que la fauna aproveche el lugar. Es tan extenso que cuenta con tres áreas geográficas diferenciadas que se internan en el desierto hasta perderse y diluirse poco a poco en la tierra. Gracias a las políticas de protección del entorno, se ha conseguido mantener el fenómeno, no dejando que el agua se desviase antes de llegar a su final.

Existen diferentes agencias de viajes que permiten que los curiosos puedan acercarse a este fenómeno de la naturaleza conocida como «el río que nunca encontró el mar» y puedan ver desde cerca un verdadero espectáculo natural en el que los animales conviven a escasos metros del visitante.