Vinificación por gravedad: «volver a los orígenes con la tecnología del siglo XXI»

Vinificación por gravedad: «volver a los orígenes con la tecnología del siglo XXI»

Bodegas Rodero se encuentra en Pedrosa de Duero, en plena Ribera del Duero y cuenta con una particularidad que ha hecho única su forma de hacer vino. Lo elaboran con una plataforma giratoria que les permite llevar a cabo su proceso de vinificación aprovechando la gravedad.

Cuando preguntamos a Beatriz Rodero de Bodegas Rodero qué es la vinificación por gravedad nos dice que «es un sistema por el que no se utiliza ningún tipo de bombeo ni ningún tipo de fricción contra la uva». Asegura que al dejar que sea la propia gravedad la que haga que se muevan los frutos de la vid, se consiguen resultados mucho más delicados.

Esta forma de elaborar vino se extiende a lo largo del proceso en varios momentos, desde la vendimia hasta los remontados, esta bodega se preocupa de tratar a la uva de forma más cuidadosa posible y eso, se nota en el resultado. Beatriz insiste en que la intención de este tipo de vinificación es excluir toda la fricción mecánica, la que se puede crear contra las paletas de la bomba, contra las pepitas o contra la piel de la uva.

Para poder llevar a cabo este sistema en una bodega con la producción que tiene Rodero, hay que pensar que no se pueden realizar a mano las tareas de llenar los depósitos o hacer el remontado, es necesario que el ingenio y la tecnología colaboren en ello. El sistema que los destaca consiste en una plataforma giratoria en la que cuentan con diez depósitos de 20.000 litros. Mediante una grúa, llenan cada uno de ellos, una vez completado el llenado, la plataforma les permite ir girando para seguir con la tarea en el siguiente depósito. La patente de este peculiar sistema, creado por el propio Carmelo Rodero, es de 2.004 y desde entonces han comprobado como han dado un vuelco a la calidad.

Al fin y al cabo, como dice Beatriz Rodero, esto no es más que «una forma de volver a los orígenes, a la forma de trabajo de nuestros abuelos, eso sí, adecuándonos a la tecnología del siglo XXI».