Villangómez, entre arte y pollos

Villangómez, entre arte y pollos

La revalorización de las zonas rurales, la inclusión de actividades artísticas y la llamada de visitantes es cada vez más común en los pueblos castellanos. Multitud de pequeños municipios se animan a llevar a cabo iniciativas valientes que los coloquen en el mapa por su innovación, ese es el caso de Villangómez que desde 2016 cuenta con un encuentro anual de muralistas que lo han convertido en el pueblo con más murales por habitante de Castilla y León.

Villangómez es un pequeño pueblo de Burgos que cuenta con aproximadamente 200 habitantes censados pero en el que como dice Marco Sánchez, orgulloso representante de la Asociación Cultural Pollogómez, viven durante todo el año solo unos pocos valientes. Desde hace unos años la localidad ha entrado a formar parte de una pequeña lista de pueblos que han convertido sus fachadas en arte.

Con una base económica principalmente avícola, no es casualidad que el nombre de la asociación cultural que nació en el pueblo fuera Pollogómez y por supuesto que de ella surgiera el Pollogómez fest. Desde 2010, este municipio cuenta con un pequeño oasis cultural que ha llevado hasta sus calles a artistas de la talla de La MODA, Luarna Lubre o Kiko Veneno, dos días de conciertos que poco a poco lo han marcado como referente en la zona. Con las inquietudes artísticas de los habitantes de la localidad surge una ampliación del festival de música pero esta vez dedicado a otro arte totalmente diferente: el muralismo.

Es en 2016 cuando el Pollogómez adquiere una nueva dimensión y se amplía, de repente el pueblo se convierte en un lienzo en blanco para artistas que quieran asumir el reto de plasmar su obra en una pared. Se crea entonces la ruta de murales y escritores, una forma de llevar al mundo rural una parte de la cultura visual y literaria. «Cada mural está asociado a un escritor, desde Bécquer hasta Borges pasando por Neruda» dice Marco, «tenemos diferentes placas, repartidas por todo el pueblo, en las que están escritos comienzos de grandes novelas de la literatura universal».

Actualmente cuentan con 32 murales que se pueden visitar y, por supuesto, la intención es que sigan aumentando ya que mientras haya fachadas, el Pollofest seguirá trayendo artistas para que den vida y color a su pueblo. Marco cuenta que aunque al principio algunas personas eran más reticentes a que se pudiera pintar en sus paredes, actualmente prácticamente toda la población se ha prestado a convertir su casa en una obra de arte.