Trufbox o cómo democratizar el mundo de la trufa

Trufbox o cómo democratizar el mundo de la trufa

Dicen que Napoleón usaba la trufa no solo como afrodisiaco sino que él y su mujer creyeron que su consumo ayudaría a su fertilidad y les proporcionaría un heredero. No sabemos si este hongo ayudó a su objetivo, lo que sí que sabemos es que este alimento ha sido a lo largo de la historia un protagonista de lujo que ha servido para dar sabor a los platos más exquisitos que podamos imaginar.

Trufbox es una empresa que comercializa y vende trufa negra, no solo a restaurantes o grandes superficies sino al consumidor final. Para ello se ayuda de su tienda online y es que para esta empresa en mundo de internet es clave a la hora de conseguir sus objetivos. Además de convertirse en una forma increíble para llegar a todos sus clientes, las plataformas online de esta empresa son claves a la hora de mostrar todo el proceso para obtener una trufa de calidad y sobre todo para mostrar cómo utilizarla en el día a día en nuestros hogares.

Una de las tareas de Trufbox es dar a conocer la trufa negra, mostrarla a fondo, cómo es y todo lo que rodea la truficultura, desde el trabajo en el campo a sus características y aplicaciones. También muestran el trabajo de investigación que se realiza y desmitifican su uso alimentario ya que no es un producto que deba limitarse a los restaurantes de élite, sino que puede tenerse en casa, en un estante de la cocina como una especie más para dar sabor a las comidas.

La calidad de una trufa se mide desde el momento en el que se comienzan a plantar las encinas que sirven como base del crecimiento de estos hongos. La investigación y el desarrollo de ciertas técnicas son claves a la hora de conseguir el mejor producto posible. En esta empresa, una vez que compran una encina micorrizada, se le realiza un análisis genético para identificar que la encina es de calidad y que sus micorrizas van a poder realizar de mejor forma la simbiosis necesaria para que funcione el intercambio de nutrientes entre el árbol y el hongo. A partir de ahí, el trabajo de campo es realmente importante, esperar a la maduración (que dependiendo del terreno puede oscilar entre 8 o 10 años) y realizar catas que permitan auditar la calidad de las trufas.

Quiénes se encargan de encontrar este manjar son los perros truferos, los verdaderos protagonistas de la cosecha de la trufa. Estos animales son capaces de detectar los aromas que desprende el hongo y de marcar el punto donde se debe excavar para encontrarlo. Se tarda una media de tres años en preparar a un perro para que pueda desarrollar la capacidad de buscar y encontrar este producto. Una vez entrenado, el can es capaz de saber cuándo una trufa está preparada para la recolección.

Entre los mitos que rodean a la trufa está el hecho de la difícil conservación de esta una vez que se desentierra. Es clave poder conservar sus aromas y para ello los expertos recomiendan mantenerlo en una cámara frigorífica cubierto con papel de cocina y a poder ser en un recipiente de vidrio hermético.

Las propiedades de la trufa son innumerables, de hecho se considera que cuenta con todos los requisitos para convertirse en un superalimento. Es antioxidante, se ha demostrado que reduce el estrés y la fatiga en entrenamientos de alta intensidad y que incluso en diferentes procesos de cáncer tiene efectos positivos.

En fin, no sabemos si será realmente afrodisiaca, si fue lo que hizo que napoleón tuviese su deseada descendencia o si tiene propiedades mágicas pero lo que sí que sabemos es que la trufa se está convirtiendo en un saborizante único para la cocina mediterránea.