Modou, de pescador en Senegal a viticultor en la Ribera del Duero

Modou, de pescador en Senegal a viticultor en la Ribera del Duero

En Moradillo de Roa (Burgos), un pueblo de la provincia de Burgos es donde Modou, un senegalés que lleva más de una década en España, trabaja las viñas de Nacho Rincón. Este senegalés llegó en patera tras 11 días de travesía y ha tenido que aprender un nuevo oficio, la agricultura, ya que era pescador en África. Modou sabe que la vida es dura, lo ha vivido en su piel, y sigue luchando porque «sentado en una silla, nadie le va a regalar nada».

Modou es de Senegal. Llegó a Tenerife en patera hace 15 años y viajó hasta la península para encontrarse con familiares que tenía en Cullera, Valencia. Dice que el día que salieron de su pueblo africano el tiempo era malísimo, que llovía y hacía viento y que el miedo se podía ver en las caras de muchos de sus compañeros de viaje. Aproximadamente 11 días de travesía para 50 personas que decidieron partir sin miedo ante la posibilidad de un destino mejor. Modou sabe, más que nadie, que esta vida es dura, que nos toca afrontar las cosas como vienen y que para salir adelante hay que luchar, que sentado en casa esperando, no vas a conseguir que te venga el dinero caído del cielo.

En Senegal era pescador, pasaba días y días en un barco, durmiendo mar adentro y jugándose la vida. Decidió cambiar de vida y arriesgó todo lo que tenía para ello. Modou confiesa que no llegó a estudiar demasiado, no le gustaba mucho y además en su casa, necesitaban que echara una mano. Ahora, desde España, sigue enviando dinero para que en su África natal, su familia pueda vivir mejor.

Actualmente trabaja en Moradillo de Roa, en plena Ribera del Duero. Llegó por casualidad gracias a una empresa que buscaba mano de obra en el campo. Conoció a Nacho y desde entonces trabaja en las labores de la viña con él. Lo ha tenido que aprender todo, en Senegal no hay viñas pero ahora poda, vendimia y estalla como nadie, de hecho, no es raro escuchar a su jefe referirse a lo tranquilo que se queda sabiendo que es Modou quien se queda trabajando sus viñas.

Cuando le preguntamos por su futuro, nos dice que quiere volver a Senegal, casarse, tener una casa y «un negrito» bromea. Sabe que las raíces que lo atan a su tierra volverán a su lugar, el lugar del que tuvo que alejarse para seguir viviendo.