En Murcia se encuentra una de las fábricas de palas de pádel referentes en Europa. Se trata de La fábrica del pádel, un espacio que nació del esfuerzo y que actualmente cuenta con una producción de 36.000 piezas anuales.
Cuando Alfonso Cantero se introdujo en el mundo del pádel, aún no sabía lo que se le venía encima. Se metió de lleno en la creación de La fábrica del pádel, aprendió poco a poco, con mucho esfuerzo y contando con un equipo de 6 personas a hacer palas para jugar a este deporte. Tardaron un año completo en conseguir fabricar la primera pala que pudiera ser vendida. Sin embargo, el esfuerzo no se realizó en balde, a día de hoy, con solo unos años de diferencia tienen una producción de aproximadamente 3.000 palas al mes y reconocimiento a nivel mundial que se traduce en que se han convertido en fabricantes de 38 marcas diferentes y más de 147 modelos.
Esta fábrica murciana que cuenta con casi una treintena de trabajadores ha evolucionado hasta ser un referente europeo en la fabricación de estos accesorios deportivos a partir de fibra de carbono. Un equipo multidisciplinar entre los que se encuentran profesionales técnicos, artistas e incluso ingenieros. Todo el proceso se realiza de forma artesanal, con una supervisión continua que en palabras de Alfonso Cantero «hace que el cliente lo perciba».
Desde sus inicios hasta ahora, el equipo de La fábrica del pádel ha desarrollado sus propias palas. Cuidan desde el laminado, la formación de las capas que la componen, la composición de las gomas, los tipos de fibra de carbono, las resina, los moldes, el enmarcado y cualquier otro detalle que forme parte del proceso de su creación.
Una de las cuestiones más curiosas de estos accesorios es que desde un punto de vista técnico existe una infinidad de posibilidades dentro del mundo de su fabricación. Se puede variar y se puede customizar absolutamente todo, de principio a fin. Una pala de pádel tiene infinidad de combinaciones, tanto en tejidos, gamas, acabados… cualquier pequeño detalle que se pueda cambiar, va a influir con el tacto de la pala, el peso, el balance o la salida de la bola. Además, Alfonso bromea diciendo que realmente, una pala de pádel se adapta a cada jugador, es como » la barita de Harry Potter» hay una para cada persona y si se la cambias al usuario va a notar la diferencia.
El futuro de esta fábrica pasa por seguir innovando en el proceso de creación, sumar nuevas marcas e incluso desarrollar otros productos que sigan manteniéndola como una de las productoras más punteras del mercado.