José Luis Melero cuenta con un aserradero en la localidad burgalesa de Milagros. Allí se dedica a la primera transformación de la madera, sobre todo de chopo, la cual utilizan, sobre todo, para la creación de embalaje. Su inquietud y su búsqueda de nuevas ideas de negocio, le han llevado a crear otras líneas como la de esculpir moais de madera o darles nuevos usos a la madera, favoreciendo una economía sostenible, basada en el reciclaje.
Rapa Nui, más conocida como Isla de Pascua, pertenece a Chile y es uno de los lugares más remotos que existen, se tarda aproximadamente 5 horas de avión en llegar desde la capital chilena. La vida de esta isla fue durante siglos ajena a lo que estaba pasando en el resto del mundo y fue por ello por lo que desarrollaron una cultura única de la que destacan sus grandes hombres de piedra, los moais, y que aún a día de hoy sorprende al visitante que se acerca hasta allí.
A muchos kilómetros de Rapa Nui, tierra adentro y en una latitud totalmente diferente se encuentra la localidad de Milagros (Burgos) y en ella está asentado un pequeño aserradero, Melmadera, que se encarga de la primera transformación de la madera. Sorprende en este caso encontrarse cuando te acercas al lugar, unas tallas de unos dos metros de altura que copian a las ancestrales estatuas de la isla del Pacífico sur. José Luis Melero es quién está al frente de esta empresa y quien se ha puesto manos a la obra para crear estas piezas de decoración que han conseguido llamar la atención de quiénes lo visitan y que le han llevado a ampliar su modelo de negocio a la creación de moais de madera.
Todo comenzó hace un par de años cuando le hicieron el encargo de unas maderas sobre las que poder esculpir estatuas de la Isla de Pascua, al ver que era posible realizarlas, José Luis decidió probar y se dispuso a crearlas también desde su espacio de trabajo. De repente y casi sin quererlo, vendió las dos primeras y se puso manos a la obra para fabricar más. Claro, que como los moais no son la actividad principal del aserradero, tienen que buscar ratos extras para poder fabricarlos, aún así siguen terminando 2 o 3 cada semana y los encargos siguen llegando. Para fabricar cada uno de ellas utilizan maderas que se han secado con su corteza al menos unos dos años y que le permiten que en el futuro puedan contar con el mínimo número de grietas posibles, ya que, tratándose de madera, la naturaleza puede hacer de las suyas.
Compromiso con el reciclaje
Además de su trabajo habitual en el aserradero, José Luis tiene un gran compromiso con el reciclaje de la madera y a los elementos que pasan por sus manos muchas veces busca la forma de darles una nueva vida. Desde la creación de Bike Parck con bobinas y palés antiguos a la fabricación de mesas a partir de bobinas o muchas otras ideas que se pueden ver y respirar cuando paseas por las naves de Melmadera.