Uno empieza a vestirse por lo pies y ahí es donde entra en juego que los calcetines que usemos sean cómodos, calentitos y de buena calidad. En Pradoluego llevan siglos dedicándose a su fabricación y por ello, Roberto Rivera decidió sumergirse en esta industria y crear una marca de calcetines coloridos.
Roberto Rivera creó Mestizaje con solo cinco modelos diferentes y vendiendo en pequeños mercadillos. Hoy en día, ha cumplido su sueño, el de contar con una colección con muchos modelos en los que los dibujos, los colores y las formas no entienden de pies masculinos o femeninos, solo de comodidad. Y es que, este empresario, natural de Pradoluengo, no paró hasta conseguir crear calcetines que no tuviesen puño, vamos que se sujetasen pero sin apretar y hacer esas marcas que nos molestan tanto. Dice que estando vendiendo a pie de calle es como puede averiguar qué es lo que quiere la gente.
Roberto trabaja sus diseños y después los lleva a una fábrica en su pueblo donde junto a Rafa y a Ana, sus dueños, hace las pruebas y crea sus coloridos diseños. Para él una de las cosas más importantes, más allá de crear calcetines bonitos es que se realicen con materiales naturales como son el algodón y la lana de oveja merina, un material muy usado en Pradoluengo, no solo para los calcetines sino para muchas otras elaboraciones textiles
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La historia de Pradoluengo
Pradoluengo se encuentra en la Sierra de la Demanda, en Burgos, y su principal actividad económica es la industria textil que se remonta a varios siglos atrás, cuentan que incluso desde el año 1.500. En estos últimos años, se han dedicado, en particular, a la fabricación de calcetines. En la segunda mitad del siglo XX alcanzó su apogeo, tanto en número de talleres como en ventas, produciendo más del 25% de los calcetines y boinas que se vendían en España. En 2020 mantiene 8 talleres adaptados a las nuevas exigencias del mercado y la introducción de nuevas tecnologías.